
Mi espalda ensangrentada y llena de magulladuras
Aún siente el dolor de caer de las alturas
Quedó destrozado mi escudo y mi armadura
Y una cárcel de piel y huesos empezó a ser mi envoltura
La sensación de vacío en mi interior se hizo fuerte
Percibí entonces mi nueva vida en la muerte
Y rogué a los espíritus tener suerte
Suerte de poder volver a verte
Mi espada cayó clavándose en la tierra
Entre los matorrales y árboles de una sierra
Custodiada por una mítica fiera
Que tiene dominios más allá de la ladera
Se abrió entonces la llanura en una gran franja
Mientras vomitaba lava roja con toques naranja
La cual sería mi horrible mortaja
Los infiernos tras la brecha se hallaban
Llegué sin alas, sin rumbo y coartado de libertad
Mis labios se herían con la musitada verdad
Mientras Dios apartaba así la realidad
Haciendo en su hijo la mayor crueldad
Cuando tomé conciencia estaba en un oscuro rincón
Donde las almas al unísono pedían con lamentos perdón
Y al contemplarme sonrieron y comenzaron su canción
La del príncipe de la Luz y su perdida de vocación
Sin mí Dios no tendría nada, mucho menos seguidores
Sin mí Dios no hubiera tenido poderes
Sin mí Dios hubiera padecido el olvido y sus horrores
Sin mí Dios no hubiera tenido poderes
Mentiras has derramado en mi nombre, mentiras en el nombre de la Luz más hermosa que tuviste…Blasfemias señalándome como mal hijo cuando tu fuiste el peor de los padres…No te mereces nada, mucho menos que crean tu parte de la historia…¡Mentiroso! Yo tan sólo te pregunté porqué tenías en tu mente abandonar la creación, porqué no seguirías custodiando la verdad y ofrecerías dolor…¡Mal Padre! No eres un Dios y mucho un Buen Dios.
Aún siente el dolor de caer de las alturas
Quedó destrozado mi escudo y mi armadura
Y una cárcel de piel y huesos empezó a ser mi envoltura
La sensación de vacío en mi interior se hizo fuerte
Percibí entonces mi nueva vida en la muerte
Y rogué a los espíritus tener suerte
Suerte de poder volver a verte
Mi espada cayó clavándose en la tierra
Entre los matorrales y árboles de una sierra
Custodiada por una mítica fiera
Que tiene dominios más allá de la ladera
Se abrió entonces la llanura en una gran franja
Mientras vomitaba lava roja con toques naranja
La cual sería mi horrible mortaja
Los infiernos tras la brecha se hallaban
Llegué sin alas, sin rumbo y coartado de libertad
Mis labios se herían con la musitada verdad
Mientras Dios apartaba así la realidad
Haciendo en su hijo la mayor crueldad
Cuando tomé conciencia estaba en un oscuro rincón
Donde las almas al unísono pedían con lamentos perdón
Y al contemplarme sonrieron y comenzaron su canción
La del príncipe de la Luz y su perdida de vocación
Sin mí Dios no tendría nada, mucho menos seguidores
Sin mí Dios no hubiera tenido poderes
Sin mí Dios hubiera padecido el olvido y sus horrores
Sin mí Dios no hubiera tenido poderes
Mentiras has derramado en mi nombre, mentiras en el nombre de la Luz más hermosa que tuviste…Blasfemias señalándome como mal hijo cuando tu fuiste el peor de los padres…No te mereces nada, mucho menos que crean tu parte de la historia…¡Mentiroso! Yo tan sólo te pregunté porqué tenías en tu mente abandonar la creación, porqué no seguirías custodiando la verdad y ofrecerías dolor…¡Mal Padre! No eres un Dios y mucho un Buen Dios.
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