Diario

War

Suena de nuevo la alarma y las bombas aterrizan sobre la tierra mojada por la lluvia. De nuevo empieza el dolor incesante, el ruido de ambulancias y los gritos ensordecedores de los masacrados. El juicio de las armas, el de la guerra. En un país cualquiera, en un momento cualquiera y con motivos indignos comienza el sufrimiento. La muerte golosa pasa arrasándolo todo, da igual si son recién nacidos o mujeres que acunan a sus pequeños. Los ancianos lloran aterrados como niños, los niños no entienden que sucede y los jóvenes toman las armas para proteger como fieras a sus familiares. Ellos libran una lucha que no comprenden mientras que aquellos que la empezaron están a salvo, se regodean en el dinero y toman un nuevo sorbo de chapan.

Dicen que vienen a liberar al pueblo, sin embargo el pueblo ha quedado destrozado y despoblado. Los cadáveres están apostados en cualquier esquina en plena descomposición. El agua potable es inexistente como la comida. Por la gran avenida va un niño de mirada perdida, lágrimas en su rostro y figura esquelética, busca a su madre y ella hace días que fue enterrada en una fosa común. Los soldados de la liberación y justicia patrullan sin dar auxilio al pequeño. Los edificios son un reflejo de un desastre aún mayor. No queda nada y sin embargo en las noticias hablan de una guerra concluida, de una misión perfecta y de escasas victimas. Sin embargo no hay nadie que no este afectado o que no delire por un trozo de pan.

Es el reflejo de cualquier guerra, de cualquier conflicto, sea por las razones que sean…

Ya sea por una liberación en busca de petróleo
Porque es tan viejo el conflicto que ya no se conocen sus raíces
O porque dos dirigentes hayan discutido sobre quien tiene más poder

En estos momentos hay miles de metralletas, bombas y granadas sonando en todas las partes del mundo. Nos masacramos unos a otros sin importarnos nada. Luego nos quejaremos cuando un suicida desesperado se pegue a un camión y grite que ya no puede más. Las ideas islamistas surgieron por la represión de países ricos, de judíos provenientes del genocidio y de estúpidos que creen tener el mundo en sus manos. No doy la razón a nadie, nadie la tiene, pero mucho menos aquel que camufla sus intereses en busca de dictadores…porque los mayores dictadores son ellos vendiendo ese suelo, luego a empresas de su país, para explotar los bienes de un pueblo que dice haber sido salvado.

¿Vale la pena ver a padres sin sus hijos?
¿A madres meciendo niños invisibles?
¿Es necesario ver a ancianos llorando en un rincón?
¿Ver morir a niños deshidratados o mutilados?
¿Es libertad el horror de una mina?
¿Cuántas guerras hay en África?
¿Es normal que el ser humano sea tan despreciable?
¿Aún hay excusa para disparar en vez de dialogar?
¿Cuándo aprenderemos?

Dejemos de mirar a un lado como si no nos afectara, olvidemos por un momento el egoísmo y usemos el cerebro. Levantemos las manos y gritemos paz, destruyamos las armas y dejemos de tener ejércitos. Olvidemos las fronteras, creemos un idioma para hablar entre tierras y protejamos nuestra cultura enseñándoselas a otros mientras nos muestran la suya. Hagamos leyes que no miren la raza, religión o sexualidad. Repartamos el dinero entre todos y vivamos en un mundo mejor…

Lo que sucede es que esto es una utopía y jamás será así…porque el orgullo, el egoísmo y sobretodo la sordera esta extendido en todo el mundo.