jueves, 11 de octubre de 2007

Diario





Caminaba por el sendero de las tinieblas cuando tú me diste luz, la luz de tus ojos.


Me convertí en un ardiente amante, en un monstruo sediento de sexo y que rinde culto a los encantos de su entrepierna. Era un bohemio depresivo y me convertí en un irradiante guerrero, alguien con una sonrisa en sus labios y maldad en su mente. El mundo cae rendido a mis pies, mi forma de expresión me hace encantador aunque mi rostro sea común. He sabido usar el embaucador diálogo que a veces usan los ángeles, ese que hace creer a cualquiera que puede alcanzar sus metas. No importa cuan lejos estés, sé seducir incluso a las piedras si me lo propongo. Quizás suele egocéntrico, pero esta confianza en mi mismo me la has dado tú…aún siendo un imposible, algo que no puedo pretender tener y que me martiriza. Desearía tomarte entre mis brazos, mostrarte lo que es realmente el mundo y alejarte falsas ideas. Entre mis piernas te mecería, acariciaría tus cabellos y sentiría tu aliento sobre mi torso. No importa nada, yo te amo y no me alejaré de ti. Seré tu segunda piel, el escudo que te libre de momentos trágicos y un guerrero desenvainando la espada ante las batallas imposibles.

Me has creado, has hecho que evolucione y aspire a tocar las estrellas con las yemas de mis dedos. Estoy enamorado, cruelmente enamorado de un muchacho de ojos melancólicos y sonrisa entrecortada. Adoro que te dejes guiar por mis palabras, me seduce la atención que me prestas y sobretodo que seas tan complaciente con mis necesidades. Aunque sé que adentrarme entre tus nalgas es pecado, que atraparte entre mis garras sería nefasto y besarte un sueño de una noche calurosa. Me sofoca pensar en ti, me enciende sentirte cerca y a la vez tan lejos. Quiero abrir mis alas y abatirlas subiendo hasta el sol, ser un Ícaro y morir abrasado…antes de seguir sintiendo lo que mi corazón bombea, de anhelar el sabor de tu cuerpo o ilusionarme con tu correspondencia. Me siento un adolescente, un maldito chiquillo deseoso de atenciones.

El roce de nuestros cuerpos me haría caer a un vórtice, al vacío de la felicidad. Ver que te estremeces por una simple caricia, que te sonrojas ante mi sola presencia y que soy capaz de hacerte sonreír…es lo que deseo, lo único que me importa y los momentos que jamás tendré. No puedo pretender arrancarte del lugar donde estas, no puedo colocarte sobre mis piernas y fundirme en una mirada cómplice. No, no puede ser. Pero sin duda soy feliz con tus atenciones, con tu preocupación y por que seas capaz de comprender lo que me corroe las venas. Estoy envenenado, estoy enamorado. Sé que hago mal, sé que eres de otra persona y aún así sueño que eres mío para despertar entre lágrimas. Lamento ser un fiel poseso de tu recuerdo, de sonreír cuando recuerdo momentos en los que creí tener una mísera oportunidad y aferrarme a ellos para continuar el día a día. Me derrumbo en cada paso al ver la realidad, la borro y la acumulo de fotografías jamás realizadas. Tomo tragos en los bares, hoy mismo me he emborrachado a tu salud y me he dejado caer en brazos de un amigo mientras preguntaba que sucedía. He corrido por la ciudad intentando no pensar, intentando ser otro en medio de la lluvia y no he logrado nada.

Debería odiarte, todo sería más fácil. Repudiarte y olvidarte. Sin embargo no puedo. Necesito amarte y seguir teniéndote aunque sea de amigo. Quiero que me dejes un hueco de tu corazón, un rincón minúsculo donde refugiarme. Al igual que desearía parar de llorar ahora mismo y poder abrazarte dejando a un lado el mal trago. Te pediría que guardaras mis palabras en tu mente, que las tuvieras presente, pero no soy nada ni nadie…sólo un ser desconcertante y aparentemente normal… si bien cuando se sabe la verdad se huye. Sin embargo tú no lo has hecho, me has aceptado y me he sentido protegido en ciertos momentos.

Simplemente estaré a tu lado.

No hay comentarios:

{Iwaki and Katou} <3 [Tócame]

LA HOMOSEXUALIDAD NO ES UNA ENFERMEDAD

Di NO a la Homofobia, la peor enfermedad