Diario

El enigma de mi devoción

¿Qué ocultas tras esa mirada?

Me apabullas, me haces sentir un minúsculo grano de arena frente a un rompeolas, siento que el mundo se expande y quedo diminuto anclado en ese instante…en tu mirada. Hay algo enigmático que me atrapa, que me desconcierta y hace desear fundirme en ella. Algo que ni yo mismo entiendo, ni entenderé, algo que me enloquece y hace que te desee aún más. Tus pupilas son los huecos de tu alma, los ventanales de tu mente perniciosa para la libertad de uno mismo. Me atrapas, eres como una araña tejiendo a mí alrededor sus hilos de blanca luna.

¿Dime qué ocultas?

El perfume de tu piel me apasiona, me vuelve un guerrero deseoso de fundir mi espada en tu interior. Soy pretencioso y aspiro a tocar las montañas donde se alberga mi dios, tú dios, de la carne y el placer. Tu alma me abraza y acaricia mientras tu voz arrulla en mis oídos una hermosa nana.

¿Qué ocultas?

Te suplico que me digas que ocultas, que hay tras este cuerpo de infarto y esa mirada eclipsante. Tu mente me hace sentirme estúpido, ignorante, de toda materia de la que alguna vez fui maestro. Tú, mi amado ser, mi arcano ser…mi mundo, me ocultas algo, algo que me hace ser atado al mástil de mi barco como Ulises para no caer en tu canto. Tú, tú y solo tú mi amor… me desquicias y no sé porqué

Quizás no ocultas nada, quizás son las simplezas de las palabras de consuelo a media noche o al despuntar el alba. Tal vez tus canciones susurradas lentamente en mis oídos, tu imagen impresa en mi mente y la belleza de tus labios. Quizás no ocultas nada, tan sólo te amo y eso envuelve todo con un matiz de deseo que ni yo mismo puedo saciar…porque lo saciaré con el veneno que corrompe tus venas, que araña tu piel y se desliza por tus caderas…