jueves, 10 de enero de 2008

Say My Name







Mi lengua sobre su cuello saboreaba cada milímetro de su piel. Aquel rostro compungido entre la lujuria y la desesperación me destrozaban. Me apoyaba con la derecha sobre el colchón, como podía ante aquel delicioso instante lleno de desenfreno, y con la sobrante, sin preocupación alguna, masajeaba su miembro deslizando mis dedos. Mi hombría reptaba por su vientre provocándome placer, aunque más lo hacían sus gemidos y su respiración abrupta. Sus ojos se entornaban y sus labios se abrían buscando aire para sus colapsados pulmones. Tenía la piel completamente perlada por el sudor y este se pegaba a las sábanas.

-Di mi nombre.-Susurré encantado mientras me sumergía en él y su gesto se tornó en un leve dolor.-Dilo en cada embestida y te subiré al cielo.-Su entrada era estrecha pero ya la había dilatado lo suficiente, aún así sus paredes se pegaban a mi miembro como un fabuloso guante.

Comenzaron los gemidos y jadeos incontrolados, mi ritmo se aceleró en segundos y lo que era una suave danza se convirtió en tambores de guerra. Mi corazón bombeaba sin cesar, mis venas y arterias se colapsaban, un suave susurro recorría mi espina dorsal con un aire frío y mis labios se fundían en los suyos una y otra vez. Todo demasiado erótico y a la vez necesario. Mi cuerpo ardía y su figura era maniatada por mis brazos, me anclé a su cintura y lo pegué al colchón. Sus piernas se alzaban levemente para darme mayor acceso a su entrada y mis abruptos quejidos de lujuria le hacían temblar. Su voz se volvía un canto magnífico, intentaba seguir mis dictámenes y pronunciar mi nombre…aunque la lujuria le podía.

Fueron momentos irresistibles, mordí su cuello y sus hombros. Sus manos se aferraron como garras a mi espalda, arañándome. El movimiento rítmico de mis caderas hacían que mis testículos golpearan sus nalgas, tan prietas como perfectas. Terminé por dejar que el la lujuria se hiciera palpable con mi simiente. Él se vertió momentos antes, agotado y satisfecho yo le seguí insistiendo mientras lo usaba de pequeña marioneta.

Fue la noche de sexo más desenfrenada que jamás había tenido. Un buen cuerpo a mi lado calentándome a cada instante y toda una jornada para disfrutarlo. Lo hicimos más de tres veces, la verdad perdí la cuenta, y entre cada una de ella los juegos eróticos me desquiciaban, tanto o más que a él. Sin embargo no lo volví a ver, es lo que tiene de malo el sexo de una noche.

1 comentario:

Francisco Joaquín Marro dijo...

HOLA LESTAT
te invito a que cuentes en tu blog ocho cosas sobre ti. Yo recibí esta invitación y ya lo he hecho en el mío, y como tengo que elegir a ocho blogueros para mandársela pues he pensado en ti, y te he elegido. Las reglas del juego son:


1. Cada jugador cuenta 8 cosas de sí mismo


2. Además de las 8 cosas tiene que escribir en su blog las reglas, que son estas cuatro.


3. Por último tiene que seleccionar a otras 8 personas y escribir sus nombres/blog.


4. Por supuesto, no hay que olvidar dejarles un comentario de que han sido seleccionadas para este juego. Un beso.

{Iwaki and Katou} <3 [Tócame]

LA HOMOSEXUALIDAD NO ES UNA ENFERMEDAD

Di NO a la Homofobia, la peor enfermedad