domingo, 23 de septiembre de 2007

La Noria / Diario

En más de una ocasión he tratado el tema de la Iglesia y la Homosexualidad desde un punto crítico, de humor irónico y demasiado ácido. Muchos me han tachado de ser un hereje, de hablar sin conocer realmente a la institución y de blasfemar con el nombre de Dios. Según las palabras de Dios, no de los que decían hablar en su nombre, debemos amarnos unos a los otros, evitar guerras y enfrentamientos absurdos, porque todos somos sus hijos y debemos tenernos un cierto respeto. Claro que siempre soy un hereje y que debería de callarme todo lo que pienso, lo malo o injusto para ellos es que vivimos en un país de libertad de expresión y no de represión. La libertad de expresión se coarta cuando ya insultamos y dañamos a alguien, pero creo que no daño a nadie mostrando la realidad tal cual es y que si hay alguna queja debería ser hacia ellos mismos.

En las últimas semanas se han elaborado reportajes diversos sobre la homosexualidad, varios han sido emitidos en la cadena privada Telecinco en una franja de máxima audiencia los sábados. El programa elegido para esto se llama La Noria. Durante dos noches hemos podido ver videos con cámaras ocultas en las Iglesias, sobretodo con el convencimiento de un párroco de que ser homosexual es un problema psicológico y afectivo. Al menos para nuestro alivio no dijo que era pecado, aunque lo dejó caer, sin embargo sí dejo entrever que era antinatural y que lo normal sería tener una buena novia. El joven que acudía al párroco era un muchacho más o menos de mi edad, veintiún años, que estaba enamorado de un joven y dejarlo con él le había dañado. Me pareció patético que le dijeran que podía cambiar, que dejara a sus amigos y todo el ambiente que ahora le apoyaba. Todo lo que ahora tenía, lo que había conseguido, era tóxico y debía reprimir sus verdaderos sentimientos. Yo no sabía que hacer si reír o llorar, cuanta incoherencia y cuanta necedad. Lo que hay que decir es que muchos curas son así o peores, pero yo conocí a otro bien distinto que decía que lo que hiciéramos en la cama no tenía nada que ver con como fuéramos con el resto.

Lo peor de todo el programa fue una mujer de pelo de fregona, cerebro podrido por la homofobia y con un bajo nivel de comprensión. Según ella en psicología la homosexualidad es una enfermedad cerebral, afectiva y que se contagia. Yo pensaba que era una forma de amar, de entender el amor, que no se contagiaba hacia otros ni se extendía simplemente se comprendía. Cuando nacemos estamos ya predispuestos a unos sentimientos según unos estudios ya que los homosexuales desarrollamos más un lado del cerebro, que lo dividimos en tres zonas y los heterosexuales en dos. Luego esta el entorno que nos reprime o nos ayuda, que nos alienta a ser nosotros mismos o nos castiga por desear algo que muchos ven como prohibido. Esta mujer me puso enfermo, no sólo a mí sino también a mi madre que la miró con cara de asco. Las burlas que obtuvo de boca de mi madre no son comparadas al asco que nos engendró. Una frase que puede definir todo lo que dijo mi madre fue “Esta mujer esta reprimida, por eso es tan retrógrada, quizás se teme a si misma porque es que no me lo explico. ¿Y esa se llama profesional? Que horror, si esta más loca que el resto. Por culpa de gente así va mal el mundo”. Yo añadiría algún insulto intercalado o palabras que dije mientras ella hacía cargo de conciencia. Lo que más gracia nos hizo fue las posibles enfermedades como el cáncer anal, depresiones y demás. Hasta ahora sabía que somos propensos a la anorexia por culpa del físico que nos implantamos, somos muy perfeccionistas y demasiado duros con nosotros mismos. Por ello en el entorno homosexual somos enfermos de bulimia, anorexia y anorexia nerviosa (aquella que nos hace ir a los gimnasios durante horas para quemar todo lo que comemos, para depurar el cuerpo). Pero creía que las demás enfermedades, incluyendo el SIDA que dio esta mujer como única y exclusiva enfermedad homosexual, eran tan altos los casos en homosexuales como en bisexuales o heterosexuales. Ya no quiero ni pensar que diría si hablara de transexuales, porque entonces mi ira me haría llamar al teléfono de aludidos y gritar que gente así debería ser fusilada.

Sin embargo hay algunas revistas como Época que tienen en portada insultos contra los homosexuales, revista que no tiene ni dos meses y que intentan implantar aires homofobicos a la sociedad. Lo grande fue ver los motivos de porqué podemos ser homosexuales y la verdad es que ninguno de esos casos se han dado en mi, menos el de los abusos sexuales en la infancia pero fue apenas unos tocamientos y las palizas que he tenido ha sido por ser homosexual. También que digan que somos una masa ambulante de cadáveres porque podemos morir suicidándonos o por SIDA. Lo más trágico fue un alto cargo del tribunal supremo que tenía nueve hijos y dijo que si alguno salía del armario lo condenaría al desprecio, que dejaría de ser su hijo. Lo que más me dolió es que nos piden normalidad en un mundo donde nos encontramos problemas y situaciones incómodas. El día del orgullo gay es una fiesta y una reivindicación, sé que algunos de los míos no les gusta la imagen que damos, sin embargo es la imagen que da la televisión y concretamente cierta cadena de derechas.

En el programa salió un pequeño video sobre un joven que había intentado dejar de ser homosexual para no ser insultado, machacado y aislado de la sociedad. Según él son descargas eléctricas, palizas y debacles psicológicos que pueden dar tras el tratamiento. Más tarde hablaron de Chueca y de que ese foco nos reprimía más. Decían que debíamos de normalizar la situación. ¿Qué es ser normal? ¿Qué es ser distinto? Yo creo que todos somos distintos, que no hay igualdad en la sociedad, que todos tenemos puntos de vista distintos y que deberíamos hacer que nos respetáramos dejando de dañar al vecino. Muchos lo pasamos mal durante años callados pensando qué dirá nuestros padres, otros sabemos que nos van a aceptar y sin embargo la minoría somos libres de ser nosotros mismos desde que nacemos. Los padres deberían de alegrarse de que sus hijos son felices, de que es su vida privada y no la de ellos.

En la época de Franco se alimentaba el odio y en la de hoy en día también. Los mensajes al móvil de muchos televidentes evidenciaban el patético pensamiento que hoy en día sobrevuela la mente de muchos. La mayoría creen que somos homosexuales solo por vicio, nada de amor y todo por placer. Sin embargo pedimos el matrimonio porque nos amamos, porque somos leales a una persona y queremos ser padres para poder tener entre nosotros una familia. Somos iguales y a la vez distinto porque no todos somos igual de altos, igual de inteligentes, igual de sanos, igual de alegres o simplemente igual sexualmente. Deberíamos respetar la diversidad y dejar el insulto fácil de maricón, travelo y todo lo que condena al hombre a ser un animal. Dentro de unas cuantas décadas nos reiremos de todo esto, pensaremos que en el pasado todo era distinto y que ahora estamos más cerca de la libertad absoluta… o quizás nos veamos en la misma situación porque el odio sigue siendo parte de la educación de los niños en algunos hogares.

Ayer sábado, día veintiuno de Septiembre, apareció Jesús Vázquez en ese mismo plató, habló de sus vacaciones, de su pasado en televisión y de lo feliz que es al lado de su ingeniero. Sí, el presentador gay por excelencia, el hombre más atractivo de la televisión entró al trapo para hablar de homofobia y del matrimonio homosexual. Sin duda alguna dio un ejemplo a seguir de seguridad, alegría y sentimientos encontrados que ha tenido a lo largo de su vida. Tras él salió la cruz, los dos militares que se casaron hace ya un año y que son apedreados en su propio entorno. Es increíble que lo usaran para el aplauso fácil de un alcalde, para que miraran de otra forma a la milicia y demás…sobretodo que los contrayentes no disfrutaran de ese momento especial, ese que no podrán repetir y que la noticia se filtrara no por ellos sino por un tercero. Sin embargo lo que más asco me dio fue lo que decían bajo las pantallas, los comentarios de inútiles que decían que eso no eran hombres, ni militares y que eran el cáncer de la sociedad. Tan sólo espero que los que estamos comprometidos como los que soñamos con casarnos algún día…no tengamos una repulsa semejante y que la sociedad al fin alcance el razonamiento para dejar de ser alimañas.
Videos del programa de hace unas semanas...



Empieza el debate


















1 comentario:

Anónimo dijo...

mmmm de veras...lo que me he reido con el cura y su pandilla de conservadores... raros ellos y sus abuelas.

En fin.. hoy en dia hay de todo en el mundo... ¿por qué no un poco de subnormales? jejejeje
LUZ

{Iwaki and Katou} <3 [Tócame]

LA HOMOSEXUALIDAD NO ES UNA ENFERMEDAD

Di NO a la Homofobia, la peor enfermedad