¿Qué sientes realmente?
Mi vida ha dado un giro de ciento ochenta grados y sin embargo no he sentido miedo. He convencido a mi corazón que no le importe lo que siento, que deje libre a mi alma y atraiga a mi rostro una dulce sonrisa. Aún me deleito de tus palabras y estúpidamente me han dado una esperanza amarga. Soy capaz de ver una tímida luz en las tinieblas y dejar que mis alas se expandan.
¿Qué siento? Siento algo que me aprisiona, que me delata y me derriba. Lamentablemente no puedo mostrártelo frente a ti, no puedo regalarte las caricias que deseo y mucho menos sentir tu mirada ruborizándose quizás por mi coqueteo. Sé que tienes miedo, que es desconocido y todo parece nuevo…pero no temas, puedes tomar mi mano y yo te mostraré los aposentos del diablo. Te cubriré de caricias, sucumbiré ante tu mirada y te haré alistarte a un sentimiento creado en las fraguas de Hefesto. Sentirás que mis garras rasgan tus vestiduras, ataduras de algodón y fibras sintéticas, mientras devoro tu boca recostándote en el lecho. Susurraré lentamente el amor que poseo, que posee espectro, para acunarte en mis brazos en un enlace secreto.
No temas, no te haré daño… tan sólo beberé de ti y sentiré tu cuerpo temblar bajo las yemas de mis manos…
Oui…Je t’aime…
Te haré alcanzar el cielo si me dejas, te regalaré mi devoción… tan sólo tienes que aceptar que el mismísimo demonio te persigue. Debes ser consciente que no puedes huir de mí, que entraste a mi juego y yo he cerrado todas las salidas... no puedes salir, no puedes irte de mi lado… no… ahora no… porque tengo que complacer tu alma y tu cuerpo, tu débil estructura, en este momento de lujuriosa excitación. Dices que soy hermoso, aunque no has visto mi verdadero rostro…ese que oculto de todos tras la cárcel de piel y huesos. No vale ahora nada, ni las oraciones ni las plegarias, estas a mi lado y voy a seducirte…cueste lo que me cueste, tengo la eternidad entera para destruir el muro de terror que has creado.
Caerás, sé que lo harás, tarde o temprano y ya celebro mi victoria… me deleito de tu nerviosismo y de los recuerdos que me evocas. Haré que sientas que el mundo cae bajo tus pies, que tu cuerpo arde mientras te encuentras en el edén. Verás mi mirada brillando en la oscuridad, mi lengua recorriendo tu cuello y tu elixir escapándose de tu sexo. Te empaparás con mi sudor, quedarás marcado por mí y te ataré con cadenas invisibles. Porque te quiero… por eso mismo… lucharé porque dejes el silencio y aceptes los gemidos desgarrados que saldrán de tu garganta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario