jueves, 30 de agosto de 2007

Diario






Filosofía del Egoista
El hombre se mueve por instintos, por deseos, que le convierten en un animal en vez de un ser racional. En numerosas ocasiones es más importante lo que nos dictan los impulsos que lo que murmure el lado razonable. Es como esa simbología del demonio en un hombro y el ángel que suplica en el otro. Normalmente hacemos caso al demonio. Todo sentimiento tiene una carga implícita de egoísmo, de egocentrismo y de deseo insatisfecho. Sea como sea la meta o las herramientas no quita la carga de narcisismo, por lo tanto sea o no noble el acto lo hacemos por nosotros mismos. Siempre esta el yo antes que los demás. En pocas ocasiones ocurre lo contrario y podemos decir que el ángel, o razón, ganó la pelea.

Construimos sueños para nosotros, no para el resto pues no preguntamos qué es lo que ellos anhelan. No reprimimos ni un instante en hablar, gastar saliva, para que otros crean en lo que nosotros creemos. Somos como políticos ambiciosos en elecciones. Damos nuestra propaganda, lo que ideamos o maquinamos, sin mostrar realmente el alcance. Hacemos lo contrario de lo que decimos o pensamos, hacemos que nuestros impulsos ganen terreno y nos conviertan en animales. Somos un rebaño de pobres mentes enfermas encerradas en una jaula donde quien manda es el poderoso y nos dice que debemos soñar. Perdemos nuestra libertad por contentar al jefe, al sistema o a un estúpido que creemos superior quizás por sus estudios. Los libros no nos hacen más inteligentes, superiores, tan sólo nos cargan de información pero hay que aceptarla para que surja efecto. Quizás yo que aún no acabé mi carrera, que me paso las horas muertas escribiendo alguna epopeya fantasiosa o murmurando lo que deseo cambiar al día siguiente, soy más brillante que un palurdo con traje y corbata de un gran despacho de la primera compañía nacional. Dicen que somos los que comemos, pero también somos lo que pensamos o hacemos. Los actos no son malos o buenos implícitamente, sino la forma de hacerlo o por el motivo en el cual se hacen…que siempre es un yo.

Estoy cansado de escuchar a personas quejarse con el “yo” en la boca…

Yo pienso
Yo afirmo
Yo sé


¿ sabes? Me estas hablando de una tercera persona que apenas conoces y…¿ sabes?

La verdad "el dime y te diré" de algunos es infernal. Juzgamos, pero esta acción esta también causada por el egoísmo adherido a la envidia y a la falta de información. Lo hacemos para que nuestro “yo” no quede afectado o cegado ante un ser superior realmente, uno que no lo es porque otros lo digan sino porque lo es implícitamente. Alguien inteligente, alguien que usa el cerebro además de los sentimientos, o quizás un guerrero que jamás se rendirá porque otros le impongan sus sueños. Le tememos, más bien le temen, la sociedad al completo y maquinan complots contra estas personas. Se le añaden desventajas, se agrandan sus defectos y los hacen ver como vulnerables; luego, cuando ven que no caen, que siguen su camino y no escuchan las falacias, que sueltan por sus bocas, quedan desconcertados. El egoísmo nos hace ciegos, sordos, mudos, monstruos sin razón y los mayores depredadores.

Yo normalmente hago textos para hacer sentir bien a mi amante, compongo canciones para alegrar los corazones de otros además del mío propio y suelo escuchar sin deseos de captar mayor información que consolar. Mi único egoísmo es el porqué sigo existiendo, lo sigo haciendo para progresar, para demostrarme a mi mismo que soy inmortal en cierto sentido. Yo solo puedo afirmar que solo sé que no sé nada y que mis sentimientos son lo único que puede hablar por mi mismo…Yo no odio, no puedo hacerlo, detestar sí y obviar también.

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{Iwaki and Katou} <3 [Tócame]

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