Envenéname con tu, dulce y pícaro, sabor;
Dame la pócima de lo desconocido,
Y guíame hasta tu cálido interior
Donde viviré como he decidido.
Quiero permanecer muy hondo en ti,
Poseerte enérgicamente como un demonio.
Destrozarte cuando camines sobre mí,
Y poner tus gemidos como testimonio
Como ves sigo siendo un bohemio;
Sigo siendo ese estúpido poeta,
Loco y lleno de lujuria de más de un milenio,
Que con la mirada de ser nocturno te reta.
Jamás me has parado los pies y ahora menos.
Sabes lo que deseo en cada instante,
Sobretodo cuando empieza en mí el desenfreno,
Y contemplo tu mirada radiante.
Incítame con la calidez de tus piernas;
Con el suave tacto de tu piel
Que a veces confundo con pura seda,
Mientras mi boca te devora como si fueses miel
Soy el guardián de una Troya imaginaria,
Y tú eres un Aquiles que arremete contra todo
Olvidando nuestra fuente originaria,
De dos amantes que se aman de un singular modo
Te odio y te amo a la vez en cada discusión;
Te deseo y te detesto con todo mi corazón.
Para luego correr al encuentro del otro,
Y ver lágrimas en nuestros rostros.
Ven mi amor, ven a la cama de nuevo,
Sucumbe a mi magnífico juego.
Te juro que te daré todo lo que tengo,
Incluso mi corazón pétreo de pasional fuego.
Te desnudaré lentamente como si fueras un muñeco,
Atrapándote en cada sutil y lujurioso gesto.
Mientras te conmueves por la necesidad y el te detesto,
Porque sabes que no me puedes abandonar en esto.
Me deseas, hierves por mí…quieres quemarte a mi lado y luego te sientes por mi intoxicado…lo sé, lo sé…lo sé… yo también lo siento, también lo he notado y sin embargo jamás me he quejado.
Dame la pócima de lo desconocido,
Y guíame hasta tu cálido interior
Donde viviré como he decidido.
Quiero permanecer muy hondo en ti,
Poseerte enérgicamente como un demonio.
Destrozarte cuando camines sobre mí,
Y poner tus gemidos como testimonio
Como ves sigo siendo un bohemio;
Sigo siendo ese estúpido poeta,
Loco y lleno de lujuria de más de un milenio,
Que con la mirada de ser nocturno te reta.
Jamás me has parado los pies y ahora menos.
Sabes lo que deseo en cada instante,
Sobretodo cuando empieza en mí el desenfreno,
Y contemplo tu mirada radiante.
Incítame con la calidez de tus piernas;
Con el suave tacto de tu piel
Que a veces confundo con pura seda,
Mientras mi boca te devora como si fueses miel
Soy el guardián de una Troya imaginaria,
Y tú eres un Aquiles que arremete contra todo
Olvidando nuestra fuente originaria,
De dos amantes que se aman de un singular modo
Te odio y te amo a la vez en cada discusión;
Te deseo y te detesto con todo mi corazón.
Para luego correr al encuentro del otro,
Y ver lágrimas en nuestros rostros.
Ven mi amor, ven a la cama de nuevo,
Sucumbe a mi magnífico juego.
Te juro que te daré todo lo que tengo,
Incluso mi corazón pétreo de pasional fuego.
Te desnudaré lentamente como si fueras un muñeco,
Atrapándote en cada sutil y lujurioso gesto.
Mientras te conmueves por la necesidad y el te detesto,
Porque sabes que no me puedes abandonar en esto.
Me deseas, hierves por mí…quieres quemarte a mi lado y luego te sientes por mi intoxicado…lo sé, lo sé…lo sé… yo también lo siento, también lo he notado y sin embargo jamás me he quejado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario