{Sexo}
Mis manos desnudaban tu cuerpo, lo liberaba de sus ataduras, mientras mi corazón junto al tuyo palpitaba aceleradamente. Tu boca se fundía con la mía y tus dedos jugueteaban entre mis cabellos. Te pegué a la pared de mi habitación cortándote la respiración. Las yemas de mis dedos acariciaban tu rostro dulcemente, para bajar por tu torso y aferrarse a tus nalgas. Notaba tu abrazo, me rodeabas con tus piernas sobre mis caderas y tus manos palpaban mi espalda. Pesabas poco, apenas nada, y mientras me besabas aferrado a mí te llevé a la cama. Te recosté sobre el colchón y bajé tus pantalones, mientras mi lengua devoraba la piel de tu torso. Me sentía un animal salvaje atacándote, siendo mi presa fácil. Te diste la vuelta y te abrazaste a la almohada arqueando tu espalda. Caí sobre tu cuerpo, tu figura me hacía sentir febril, pasé mi lengua por tu cuello y después lentamente por tu columna vertebral hasta tu trasero. Era tan duro, tan firme y de piel suave que no dudé en morderlo, besarlo y acariciarlo. Temblabas mientras yo sonreía viendo como me necesitabas. Mi lengua se posó en tu entrada y noté como te aferrabas a los barrotes del cabezal, gemiste y proseguí con mi locura. Introduje uno de mis dedos, sentí el calor de tu interior y tú enloquecías. Te moviste entre las sábanas para posicionar mejor tus nalgas, para pedirme dulcemente que entrara porque ya no podías más. Bajé mis pantalones y me quité mi ropa interior, acaricié tu trasero y lo golpeé levemente cuando me deslicé en él. Tus movimientos eran lentos, mis garras su apoderaron de tus caderas y yo comencé a moverme rápido. Poco a poco perdí el control, tú no podías respirar diciéndome cuanto me amabas entre jadeos. Dejé verter mi esencia en ti tras un grito desgarrado de placer, tú me seguiste y caíste cansado sobre el lecho. Besé tu cuello, busqué tus labios y mordí tus hombros.
Aquella noche alcancé las estrellas, vi a dios y me burlé en su cara…
Poco después desaparecerías de mi vida, acabarías con tu existencia tras un ataque de locura depresiva…olvidaste que me pertenecías y que sobrevivía gracias a ti.
Aquella noche alcancé las estrellas, vi a dios y me burlé en su cara…
Poco después desaparecerías de mi vida, acabarías con tu existencia tras un ataque de locura depresiva…olvidaste que me pertenecías y que sobrevivía gracias a ti.
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