martes, 11 de septiembre de 2007

Diario












Ángel Muriel








Olía a tierra mojada, mis sábanas estaban revueltas y la habitación en completa oscuridad. La ventana estaba cerrada pero podía sentir el frescor de la noche. Mi cuerpo estaba sudoso y estaba agotado, el sueño aún me inundaba. Entonces me giré y te vi. Estabas tumbado a mi lado, dormido, con tus cabellos casi plateados revueltos sobre la cama y tu rostro. No recordaba nada, mucho menos que hacías en mi cama. Eras hermoso, tu sonrisa era impactante como el tacto grato de tu piel. Me habías abrazado como si fuera tu peluche, como un niño aterrado por las pesadillas. Decidí llamarte, pero no sabía quien demonios eras, así que tan sólo te empujé zarandeándote. Abriste tus ojos y el mundo se iluminó por completo, eran dos océanos perfectos que me llenaron de curiosidad. Sonreíste y acariciaste mi rostro, besaste mi rostro y te acomodaste en el hueco del colchón.

-Espero que no te importe, pero, ¿quién eres? -Dije nervioso y algo asustado.

-¿No lo recuerdas?-Tu voz era grabe, dura, pero a la vez tenías un acento dulce, quizás más bien melódico.

-No.-Musité.

-Tampoco recordarás como me sostenías entre tus manos o como me besabas dejándome sin aliento, ¿verdad?-Tus ojos parecían truncarse a una llama de tristeza imposible de negar.

-No lo recuerdo, me gustaría hacerlo.-Dije avergonzado.

-Me conoces desde que naciste, somos parte uno del otro. Pensé que no te olvidarías jamás de este día, pero veo lo poco que te importo. Además debo de marcharme ya.-Parecía amargado, desolado por la situación y furioso.

-¿Dime cómo te llamas?-Pregunté.

-Desapareceré en unos segundos, tranquilo, no tienes porqué recordarme. Sin embargo he dado todo por disfrutar de aquellos momentos.-Susurró apesadumbrado.

-¿Quién eres?-Volví a insistir.

-Ángel Muriel, tu protector.-Entonces unas alas aparecieron en su cuerpo, flotó hasta el techo y se desvanecieron provocándole un inmenso dolor. Su espalada parecía herida y pequeñas gotas de sangre cayeron sobre mí. Me di cuenta de que era realmente, luego se desvaneció él.

Me quedé inconsciente y al despertar era de mañana, no había nada extraño en mi cuarto…tan sólo unas gotas de sangre sobre las sábanas. No fue un sueño, sé que fue algo real…algo que jamás sabré explicar y mucho menos saber que sucedió aquel día.

No hay comentarios:

{Iwaki and Katou} <3 [Tócame]

LA HOMOSEXUALIDAD NO ES UNA ENFERMEDAD

Di NO a la Homofobia, la peor enfermedad