Diario

Gavvy by licchan DeviantArt

A esos idiotas prepotentes...

...Payasos

A veces me pregunto porqué hay gente tan idiota en el mundo, luego me doy cuenta que lo son al ser meros borregos, sí borregos. Se dedican a seguir a un supuesto líder cuando sus vidas son tan patéticas que no tienen nada mejor que hacer, que aportar, y se dedican a molestar o insultar a otros. Sí, sé que puede sonar brusco y que puede molestar, pero todos hemos sido borregos de esa injusticia llamado prejuicio. Yo soy el primero en apuntarme con el dedo, sin embargo no llego a esos extremos tan escandalosos. Suelo prejuzgar pero me callo mi dictamen y hasta que no conozco a esa persona no lo doy por válido. Me gusta observar, deleitarme con sus gestos y palabras para saber qué pueden esconder, suelo acertar y se puede decir que hice un prejuicio. Soy intuitivo y novelista, es algo intrínseco en mí quedarme mirando e imaginar.

¿A qué viene todo esto? A que estoy cansado de que se me juzgue.

Veamos suelo exponer mis obras bajo licencia o derechos de autor, queda claro que soy alguien que sabe lo que se hace cuando muestra sus palabras ¿cierto? Pues he visto que no valen para nada, tampoco los modales y mucho menos mi inteligencia ante neardentales. Sí, aún existen y están diseminados por el globo terráqueo. Me parece vergonzoso y patético que cuando ejerzo mis derechos se me tacha de loco. ¿No entienden que cometen delito apropiándose del esfuerzo de otros? Es increíble que no lo vean, que no lo aprecien y encima se burlen. Si mis poemas fueran tan patéticos, tan de mala calidad, o mis novelas fueran meras chiquillerías no me plagiarían, no las tomarían como suyas o no las expondrían. Que curioso y que gracioso que es no es ni la primera ni será la última. ¿Por qué me molesta? Porque amo a mis obras, porque son mías y no de otros.

Dicen que yo plagio a Anne Rice por usar el nombre de Lestat de Lioncourt. Es curioso pero el apellido Lioncourt ya existía, el nombre de Lestat también y no creo que usar un seudónimo como este en la red sea plagio. Cuando hago odas a sus obras, poemas sobre sus personajes o hacia amigos míos que usan esos nombres no creo que sea un plagio en sí. Verán un plagio es coger una obra y plasmarla literalmente con personajes cambiados, o sin cambiar, en algún medio, sea Internet o en papel, para uso y disfrute de otros llevándose los méritos, o no, de esa obra. Eso es lo que estipula la ley como plagio. No es plagio tomar nombres de dos personajes y hacer un poema amoroso, no lo es, porque simplemente yo tengo un apodo y mis parejas otros. ¿Es ilícito amar a alguien? A mi me llaman Lestat desde bien joven, mis amigos claro y mi madre esta usándolo ya en algunas ocasiones. Sé que terminaré cambiando mi nombre y añadiendo Lestat en él, lo sé. Soy el príncipe malcriado, el Rey de los Imposibles.

¿Por qué digo esto? Porque se me acusa también de plagiador.

Si alguien tomara mis personajes, con su permiso o ya sin él porque se hicieran mundialmente famosos, sonreiría y diría “oh, vaya, hay alguien que ve hermoso a uno de mis hijos”. Lo sé porque tuve que dejar a alguien jugar con uno de mis personajes favoritos en un rol, lo acepté y se lo presté. Creo que Anne Rice odia todo esto por una simple razón, odia que destrocen la esencia de sus personajes y odia que muchos digan que son mejores incluso que ella. Admitamos que ya no escribirá sobre las crónicas, quedan inconclusas y por algún lado debemos saciarnos ¿no es cierto?. Yo me sacio escribiendo sobre sus personajes, siendo Lestat y buscando insaciablemente reglas que romper. Ambos nos parecemos, digo el personaje y yo, y si conociera a Rice le agradecería el haber creado a alguien al que admirar. Sí, admiro a ese maldito rubio de ojos azules y piel lechosa, creo que lo hago porque es más fácil querer ser como un personaje que puede modificarse tachando un renglón que a una persona. Un personaje puede ser modificado a tu antojo en tu mente, las acciones humanas no.

Así que dejemos de tocarme las pelotas, dejemos de mostrar obras mías sin consentimiento y sobretodo dejen de insultarme porque no tengan otra cosa que hacer en sus miserables vidas. No hagan que les dedique odas sobre lo estúpidos que son, ni me ría más en vuestra cara con todo el odio que puede soportar mi alma.