I love you...
Hoy será la noche indicada en el calendario, la apropiada, para hechizarte y llevarte a mí lecho cubierto de pétalos de rosas. Caerás a mis pies y los besarás con premura, desearás que te haga uno conmigo bajo los rayos de luna…para luego fundir mis ojos en los tuyos verde aceituna. Voy a invadir tus entrañas mientras te sostengo por las caderas.
“Dame la muerte y la vida en cada caricia, destroza mi ropa y mi piel. Quiero morir en tus labios, quedar seducido por el roce de tu aliento y evocar el paraíso antes de llegar a la cima. Tú, amor mío, eres un delirio y me haces sentir como en una noria.”
Estás atrapado, sin salida, tan sólo queda que te seduzca y comenzar la danza del placer más mundado.
“No seas cruel conmigo, no lo seas. Necesito sentir tus envestidas y dejar en el aire el aroma del sexo más brutal. Me vuelves loco, estoy esquizofrénico en tus brazos y quiero envenenarme con tu saliva.”
Tranquilo, apenas puedes respirar con tanta excitación. Mi amor tu caja torácica parece un acordeón, un fuelle que se eleva hasta la estratosfera, sin embargo no entra oxígeno y te acaloras con facilidad. Estás borracho, borracho de mí, y a la vez sediento.
“Penétrame, deja tu huella en mí. Ya tardas en hacerme tu esclavo, en demoler mi apariencia fría con tu toque descarado.”
Quiero jugar, quiero hacerte sentir que no puedes más y vas a estallar. No quiero que descanses, que sientas orgasmos en tu entrada y tu miembro no este dispuesto a verter tu esencia. Gime vida mía, gime mi nombre, mientras introduzco las yemas de mis dedos entre tus nalgas.
“¡Dámelo! ¡Te pido que me lo des! Eres cruel, deberías dar lo que te pido”
Tan sólo te reventaría en cada entrada, me sumergiría sin más y no tendría mérito alguno. Necesito verte deseoso de algo que no llega, impaciente, mientras tus labios buscan los míos para recuperar la cordura; sin embargo es un eslabón más en tu tortura.
“Siento tus dedos hundirse cada vez más adentro, haciéndose uno con mis entrañas, y tus fauces apoderarse de mi cuello, torso y boca, sin importarle nada. Yo tan sólo me dejo, soy un muñeco en tus manos y tú tiras del hilo de los placeres más recónditos.”
Amo morder tus nalgas, besarlas y fundir mi lengua en el hueco de tus delirios. También, coquetear con tu vientre y tu ombligo, admirando tu rostro desencajado por el goce del cuerpo y del alma.
“La humedad de tu lengua me destroza mientras me aferro a la almohada y a la cama. El colchón apenas tiene ya sábanas y mi figura esta manchada por pequeñas gotas de sudor. ¡Introdúcete!”
No, mi amor, no. Serás tú quien cabalgue, quiero verte trotar sobre mi entrepierna y jadear desvaneciéndote.
“Sí, lo haré. Haré que mi trasero sea parte de ti mismo, que tu miembro sea parte de mi y que nos hagamos uno.”
He entrado con facilidad, estabas demasiado dilatado para que te doliera. Tan sólo has comenzado a gemir, gritar y desenfrenarte aún más.
“Te amo y amo sentirte dentro de mi, anclado a mí.”
Estoy a punto de dejar que todo termine, que no quede otra oportunidad para arrepentirnos. Voy a verterme en tus entrañas.
“Espérame quiero hacerlo contigo.”
Entonces todo acabó, la noche mágica fulminó con una lluvia blanca sobre nosotros.
“Dame la muerte y la vida en cada caricia, destroza mi ropa y mi piel. Quiero morir en tus labios, quedar seducido por el roce de tu aliento y evocar el paraíso antes de llegar a la cima. Tú, amor mío, eres un delirio y me haces sentir como en una noria.”
Estás atrapado, sin salida, tan sólo queda que te seduzca y comenzar la danza del placer más mundado.
“No seas cruel conmigo, no lo seas. Necesito sentir tus envestidas y dejar en el aire el aroma del sexo más brutal. Me vuelves loco, estoy esquizofrénico en tus brazos y quiero envenenarme con tu saliva.”
Tranquilo, apenas puedes respirar con tanta excitación. Mi amor tu caja torácica parece un acordeón, un fuelle que se eleva hasta la estratosfera, sin embargo no entra oxígeno y te acaloras con facilidad. Estás borracho, borracho de mí, y a la vez sediento.
“Penétrame, deja tu huella en mí. Ya tardas en hacerme tu esclavo, en demoler mi apariencia fría con tu toque descarado.”
Quiero jugar, quiero hacerte sentir que no puedes más y vas a estallar. No quiero que descanses, que sientas orgasmos en tu entrada y tu miembro no este dispuesto a verter tu esencia. Gime vida mía, gime mi nombre, mientras introduzco las yemas de mis dedos entre tus nalgas.
“¡Dámelo! ¡Te pido que me lo des! Eres cruel, deberías dar lo que te pido”
Tan sólo te reventaría en cada entrada, me sumergiría sin más y no tendría mérito alguno. Necesito verte deseoso de algo que no llega, impaciente, mientras tus labios buscan los míos para recuperar la cordura; sin embargo es un eslabón más en tu tortura.
“Siento tus dedos hundirse cada vez más adentro, haciéndose uno con mis entrañas, y tus fauces apoderarse de mi cuello, torso y boca, sin importarle nada. Yo tan sólo me dejo, soy un muñeco en tus manos y tú tiras del hilo de los placeres más recónditos.”
Amo morder tus nalgas, besarlas y fundir mi lengua en el hueco de tus delirios. También, coquetear con tu vientre y tu ombligo, admirando tu rostro desencajado por el goce del cuerpo y del alma.
“La humedad de tu lengua me destroza mientras me aferro a la almohada y a la cama. El colchón apenas tiene ya sábanas y mi figura esta manchada por pequeñas gotas de sudor. ¡Introdúcete!”
No, mi amor, no. Serás tú quien cabalgue, quiero verte trotar sobre mi entrepierna y jadear desvaneciéndote.
“Sí, lo haré. Haré que mi trasero sea parte de ti mismo, que tu miembro sea parte de mi y que nos hagamos uno.”
He entrado con facilidad, estabas demasiado dilatado para que te doliera. Tan sólo has comenzado a gemir, gritar y desenfrenarte aún más.
“Te amo y amo sentirte dentro de mi, anclado a mí.”
Estoy a punto de dejar que todo termine, que no quede otra oportunidad para arrepentirnos. Voy a verterme en tus entrañas.
“Espérame quiero hacerlo contigo.”
Entonces todo acabó, la noche mágica fulminó con una lluvia blanca sobre nosotros.
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