jueves, 26 de julio de 2007

Diario


El aire del ventilador en mi rostro, la paz insignificante de mi ático y la marabunta de libros por doquier en cualquier rincón. Hoy ha tocado reorganizar mi vida y en cada volumen, por ajado que esté, tiene parte de mí y de mi personalidad. He encontrado en un oscuro rincón de mi mente donde se halla el dolor más intenso, todos aquellos desalmados que una vez dijeron ser camaradas y en realidad no eran nada. Bastardos, sin duda altura, es el único nombre que podría llevar de título personas que fueron cercanas a mí y a la vez al mismísimo Judas. Me hace gracia comprobar sus preguntas, sus consuelos, sus ánimos putrefactos y sus sonrisas vacías como su cerebro. Es indudable de que pensaron que yo era de su calaña, rastreras garrapatas, que vivían tan sólo para creerse superiores.

Comencemos por la primera que dijo amarme, pero en realidad era un mero capricho. La conocí en la red y emprendió un viaje al basurero de mi vida cuando me vendió a proscritos e infames. Todo empezó una tarde de verano cercana a la fecha de mi veinte cumpleaños. Yo estaba enamorado de un joven de cabellos oscuros, ojos marrones con toques de jade, sonrisa malévola e inteligencia envidiable. Ella sin duda lo sabía, conocía de la existencia de este amor por mis propios labios y los juegos que ambos nos traíamos entre manos. Digamos que este insecto o gusano de tierra se había convertido en mi mano derecha, una compañera que de secretos y sabia conocedora de lo que odiaba sin remedio. Decidí darle una lección de amor y capricho, fui su amante aunque detestara su rostro pues no era de mi agrado y seguí la partida. Como no notó que era un vulgar “quiero lo que tienen otros” y terminó por cansarse, yo sonreía ante aquello y pensé que volveríamos a las antiguas luchas con el mismo respeto; claro que ella tenía otro destino, un destino contrario al que yo buscaba en las tinieblas y me vendió al verse rodeada de la verdad. Crueles alimañas amigos de ella se dedicaron durante semanas a insultarme por Internet, en mi mensajería y porque no llamarme a altas horas de la madrugada. Pensé que era aún más idiota de lo que pensaba, más infantil y más necia. La expulsé de mi vida y la regalé a la bazofia, mundo del que nunca debió salir.

Durante eses instantes que ella creyó amar, que en realidad tan sólo envidiaba la suerte de Marius, conocí a una joven, por no llamarla con cruel nombre. Bien, esta “dama” de veintisiete años y mente de niña de catorce se dedicó a hacerme preguntas comprometedoras como cual interrogatorio policial, también al unísono despreciaba mis nulos intentos de llevarla por buen camino y no por senderos de depravación. Dijo de mí barbaridades que si las cuento muchos de ustedes caerían de la silla, el más increíble de todos es que yo fornicaba a cualquier cosa en movimiento. Todo aquel que me conoce, al menos minimamente, sabe que sin amor no hay sexo en mi vida y que espero incluso años a que venga alguien decente para llevarlo a mis sábanas. Sin embargo la más cruel de todas las bromas fue mofarse de mi género, ese que ansiaba y aún ansío mientras lo voy logrando, junto con las operaciones que tengo que sufrir. No obstante ya una vez me preguntó como era el sexo entre mujeres, ¿alguno en la sala vea que yo tengo pintas de mujer, que yo actúe como mujer o que tenga mínimo parecido a una mujer? La respuesta es no. Mintió como una cosaca, se creyó superior a mí y yo sin duda la mandé a la pocilga junto a los cerdos que una vez escupieron en mi rostro. No me creo un dios inmortal, pero sí una persona y creo que merezco un mínimo de respeto. Además jamás me podría haber enamorado de ella, cosa que hizo creer a varios, aunque más bien era lo contrario.

Sigamos con cierto amigo que dijo que siempre estaría ahí, ese que sería mi hermano y me defendería. Es la típica persona que conoces desde hace un par de años y luego cuando te pasa algo fuerte en tu vida escurre el bulto y se va con la masa, se cree inteligente haciendo esto pero por rumores ya lo esta pagando. Esto es lo que yo llamo el triple castigo. Estarás condenado tres veces por el daño que me hiciste.

Continuamos con una mujer que dice estar cuerda, trabajar en un hospital y no saber ni escribir. Una dama, por no llamarla arpía, que se hizo múltiples personalidades animadas por las dos anteriores señoritas. Fue a la vez que ella misma, un chico homosexual, e, primo nazi del chico homosexual, la madre minusválida y maltratada del chico homosexual, su amiga íntima, su hermana y varios jóvenes más. Para que luego vaya diciendo que yo no tengo vida social, que no estoy bien de la cabeza y comentar en pequeños círculos que soy un maniaco. No soy yo quien se hizo tantas cuentas de correo, de apodos en una página de Internet y mucho menos esa persona que intentó tener dos relaciones al mismo tiempo. Ayudada por lo que conocía de mí por las otras creó a un hombre ideal, ideal pero inexistente, para mí. Aunque yo soy demasiado listo, demasiado viejo y sé bien los juegos que se traen entre manos…la cacé y a la vez volví a reencontrarme con el amor que una vez estuve a punto de poseer.

Conocí también a cierto transexual masculino que no sabe ni como se debe de operar, no los pasos previos a la operación y mucho menos sobre integridad humana. Esa persona detestable y de hielo hizo pensar que era amable, en realidad era una bastarda que no fue capaz de ir a ver a Marius al hospital. La odié por ello, deseé destruirla con mis propias manos, pero el tiempo como he dicho antes pone a cada cual en su sitio.

Como ven no he dicho nombres, he dicho actos, si se da alguien por aludido lo lamento sin embargo no es solo mi verdad, sino también la de muchos. Más de diez personas están de testigos y como no saben bien quien es el ogro del cuento. Yo conseguí a mi príncipe, lo amo y le haré mío una y otra vez hasta que el mundo caiga sobre mí. Moriré con una sonrisa en mis labios triunfante y con el pendón de la verdad ondeando al viento. Sé que algunos de los mencionados aún me leen, lo sé, por ello lo he hecho para que vean que yo perdono pero no olvido y tengo presente sus desastrosas existencias. Cuando camino por la calle y veo a una de estas personas me río, me jacto de lo estúpida que fue y de lo inútil que es. Creen que me han vencido, me hubieran vencido si tuviera algún talón de Aquiles pero no…cuando mi madre me sumergió en el lago no solo lo hizo una vez, sino en más de siete ocasiones dándome la fuerza de un coloso y la indestructibilidad de un titán. Yo no quiero remover la basura, porque luego huele, sino desahogarme y reírme de sus frases estúpidas e intentos vanos de hundirme. Tan sólo demostraron no conocerme, no saber las normas de mi reino y terminaron siendo expulsados uno a uno de todos ellos. Ténganle lástima pues no supieron apreciar la verdadera amistad que yo les brindaba. Por ello terminé quemando estos pasajes para olvidar sus nombres, pero no sus actos pues estos quedaron marcado a fuego en mi alma...como un tatuaje.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Genial el texto... ^__^ Y hay que ver cuánta basura pulula por este mundo... o__O xDD

{Iwaki and Katou} <3 [Tócame]

LA HOMOSEXUALIDAD NO ES UNA ENFERMEDAD

Di NO a la Homofobia, la peor enfermedad