viernes, 19 de octubre de 2007

Diario



Mi mirada pétrea, como mi corazón, es símbolo de lo vivido y de que mi alma vive en un tormento imposible de soportar. Soy el rey de los infiernos y el dulce ángel celestial, el pecado. No puedo engañar a nadie, soy un maldito depravado que vive en un mundo de sueños y fantasías no aptas para cardiacos. Sin embargo tras mi fachada de truhán, de hombre victorioso en sus batallas o negocios con el diablo o de artista conquistando un nuevo orgasmo existencial…vive un pequeño idiota que es rehén de tus palabras, de tus confesiones de mediocre humano. Quisiera sodomizar mis sentimientos, ocultarlos y ser puro hielo ante ti; sin embargo caigo rendido a un éxtasis místico y me emociono como un chiquillo anclándome a ti.

Estoy enamorado, profundamente enamorado, y no soy correspondido al mismo nivel. Lo daría todo, todo, inclusive mi vida y mi futuro por un simple beso. Necesito tomar tu rostro con las palmas de mis dedos, morder tus labios y lamerlos para luego abrazarme a ti con fuerza. Ahora entiendo por qué me llaman Príncipe Malcriado, porque deseo siempre cosas que no puedo tener. Quiero poseerte, destrozarte en mi lecho y calentar tu cuerpo con las caricias más prohibidas. Ya sé que es imposible, si bien sueño cada madrugada que te decides por mí y mis brazos que desean rodearte.

Desearía tanto que te entregaras a mí, que mi seducción valiera algo y que mi rostro no fuera tan deforme ante tus ojos. Anhelo ser perfecto para que te rindas a mis pies, tan sólo dime en que fallo y cambiaré. Sé que quizás odias que ose decirte que te extraño, que te amo o simplemente que eres mi pequeña sonrisa diaria. No suelo sonreír demasiado, últimamente no, pero cuando te encuentro en este universo paralelo al que llamamos vida lo hago. Jamás he sido cauto en mis acciones, impulsivo y poco paciente sin embargo contigo parezco tener un poco del don que nunca poseí.

Estoy envenenado con un amargo desengaño, uno más en mi currículum de Rey de los Imposibles. ¡Que más da si río o lloro, que más da si deseo inmolarme al sol o decirle a la sangre que ya no me sacia! Soy un maldito condenado, el mayor de todos, y estoy secuestrado en el mejunje de tu boca. Sin embargo tengo que ser sincero, sincero ante ti y ante todos, que el amor no esta hecho para mí y que hasta que te conocí pensé que seguiría rodando de relación en relación. Normalmente me olvido de todo, de lo que siento, y bloqueo ese sentimiento con facilidad buscando a otro. Esta vez no logro hacerlo, no puedo y cada vez que lo intento caigo al vacío rompiéndome en mil trozos.

Maldigo el momento en el que rogué conocerte como un niño encantado por un viejo cuento, una historia sin sentido y un príncipe en medio de un mundo de bandidos. Todo comenzó con la mayor de las inocencias, intentando tener un nuevo amigo al que escuchar y que me escuchara en eternas conversaciones. Siempre que me hablan de alguien deseo conocerlo, tengo ese impulso infantil y me arrojo a los brazos de una amistad que quizás luego no es tal. Lo suelo dar todo sin reservas, explicar quién soy y mostrar mi corazón entre mis garras. Tú lo viste, lo pudiste sentir entre tus dedos, sin embargo lo dañaste sin motivo alguno. Pensaste que era un juego, uno de tantos, y que no me dolería al ser un don Juan sin escrúpulos. No sé lo que tu mente piensa, no soy adivino y tampoco entiendo la mente humana. Odio sentir tu rechazo, tu no callado en explicaciones absurdas que ni tú mismo te crees y luego esta el cambio de actitud ante mí. Estoy de acuerdo que no puedo obligarte a nada, que no poseo nada de ti y mucho menos que sonrías gracias a mí, como yo hago gracias a ti, pero al menos te pido que me mires…que me cuides aunque sea con gestos poco significativos y que me dejes acurrucarme sobre tu pecho.

No hay comentarios:

{Iwaki and Katou} <3 [Tócame]

LA HOMOSEXUALIDAD NO ES UNA ENFERMEDAD

Di NO a la Homofobia, la peor enfermedad