Aquelarre
Dicen que soy un fracasado que no valgo nada, que me lamento en demasía y que debería abandonar la vida. Intentan humillarme, hundirme y sofocarme sin lograr nada. El estrés me acarrea talento, desemboco en los folios lo que siento y lo que lamento. Guardo mi alma entre las estanterías repletas de poetas muertos y alegres cantinelas. Soy el don Juan de la palabra y sin embargo me llaman loco sin sentido. Sé decir mil cosas con una mirada, un gesto o un leve susurro en el oído; sin embargo me enloquece poder hacerlo ante un pergamino y dibujar trazos mal colocados de textos imposibles. Mi belleza radica en mi alma, en un alma pétrea y llena de miseria. La melancolía ahoga mi garganta hora tras hora, los malditos recuerdos me persiguen y caigo rendido a los pies de las musas. Sobrevivir ante las miradas de enemigos insoportables me da un toque de furia. Esa furia que tanto os gusta, ese arrebato que os desgarra en gemidos y esa pasión que envenena mi alma.
En estos momentos querría tener tu cuerpo junto al mío, seducirlo lentamente y hacerlo temblar entre mis manos. Besar tus labios, seducirte con la mirada y mascullar sobre tu espalda cuanto te necesito. Eres el pecado, lo prohibido, y aún no has notado que sigo gracias a ti vivo. Cuando sueño con tu figura, tus manos, tus caderas, el calor que emana de entre tus piernas, tu aroma y tus cabellos en mi entra el demonio. Entra una fuerza oscura, se apodera de mi entrepierna y caigo en una locura. Desearía trepar con mis dedos sobre tu pecho, morder tus labios y caer dentro de tus entrañas. Sumergirme en ti sería tan dulce como indescriptible, seguramente perdería los papeles y el dominio de mi mismo. Tendrías entonces ante ti a un animal sediento de sexo, sediento de ti. Esa pasión, esa confianza que ves en mis pasos, quedarían en nada con la firmeza que te mostraría mis manos sobre tus nalgas. Mi arrojo y seducción sería para ti, para llenar todo con la vida que derrama mi miembro.
“Yo soy Lucifer, Yo la luz que proclama libertad y Sexo. ¡Mírame1 ¡Mírame de una jodida vez! ¡Es tu oportunidad! ¡La oportunidad de ver mis alas negras cubrir tu cuerpo mientras mi miembro devora tus entrañas! ¡Ves mis colmillos! ¡Los ves! ¡Estos son los que perforan tu cuello bebiendo tu sangre y luego te besan recorriendo cada célula de tu piel! Eres un maldito idiota, ¿¡Lo sabias!? ¡Déjate de historias y ven a mi cama!”
Soy un príncipe, no un fracaso, soy un enfermo sádico que se satisface con el sudor que emanas en el vals del amor. Olvídate de cualquier muro, de cualquier barrera y sucumbe al movimiento de mis piernas. Gime, grita, solloza y jadea como un maldito poseso porque es lo único que puedes hacer. No tienes escapatoria, no. Este bohemio, este pasional escritor, araña tu piel con sus uñas de vampiro milenario y recrea para ti, en su mirada enloquecida, bellos poemas de amor. Te pondré cadenas si es necesario para que no huyas, siempre huyes como un maldito cobarde y esta vez no podrás. Caerás rendido ante el sabor de mi entrepierna, percibirás mi daga adentrarse en tus labios y te excitarás anhelando que no acabe jamás. Las mentiras ya no te valdrán, como tu máscara y como todo lo que no confiesas…la verdad saldrá a la luz y tú quedarás destrozado en una lluvia blanca, mi esencia, entre las paredes de tu entrada.
Probaré contigo los juegos más eróticos, los más libinidosos y extraños. Sé que estoy lejos pero tengo el don de aparecer a tu lado, susurrar en tu nuca dejando que todo fluya y saber que ahora mismo te estas masturbando. Mis palabras tienen el don de la precisión, de la comunión de almas y de la seducción más erótica e imposible. Mi retórica, mi diálogo imposible, es sin duda un motivo para el cual desearme. ¡Confiesa que soy hermoso, que mi belleza no tiene límites y que mis labios son tan carnosos que deseas probarlos o notarlos! Represento ante ti la perfección, aunque sea un monstruo, y la satisfacción de cada movimiento de tus dedos. Soy intuitivo, sonrío cuando murmuras cosas que ya conocía y oculto todo lo que puedo saber de ti. Crees que me ocultas, que me logras engañar, y sin embargo caes en mi red. Hoy, mañana y siempre serás un esclavo de mis delirios. En mi mente has sido tantas veces mío que dudo que puedas arrancarme esos instantes. Me fascinas, me tienes cautivado, sin embargo tú también lo estas. Te asecho en cada movimiento que no veo, si bien los siento, y sé que estas torturado por mis preguntas sin respuesta. Quieres pedir que te destroce, que camine sobre ti y te de todo.
“Decide pequeño, decide…¡O me dejas hacerte mío o será una violación en toda regla! No puedo más ¡No puedo! Quiero sentirte y ver como mueves tus caderas, como susurras que necesitas más y más, que no me vaya de tu lado. ¡Maldita sea! ¡Por qué mientes! ¡Se nota en cada palabra, en cada rasgo de tus confesiones, que eres Homosexual!... sin embargo tendré que ser yo quien te ate y lo expreses en un gruñido brutal mientras me salpicas con tu esencia.”
En estos momentos querría tener tu cuerpo junto al mío, seducirlo lentamente y hacerlo temblar entre mis manos. Besar tus labios, seducirte con la mirada y mascullar sobre tu espalda cuanto te necesito. Eres el pecado, lo prohibido, y aún no has notado que sigo gracias a ti vivo. Cuando sueño con tu figura, tus manos, tus caderas, el calor que emana de entre tus piernas, tu aroma y tus cabellos en mi entra el demonio. Entra una fuerza oscura, se apodera de mi entrepierna y caigo en una locura. Desearía trepar con mis dedos sobre tu pecho, morder tus labios y caer dentro de tus entrañas. Sumergirme en ti sería tan dulce como indescriptible, seguramente perdería los papeles y el dominio de mi mismo. Tendrías entonces ante ti a un animal sediento de sexo, sediento de ti. Esa pasión, esa confianza que ves en mis pasos, quedarían en nada con la firmeza que te mostraría mis manos sobre tus nalgas. Mi arrojo y seducción sería para ti, para llenar todo con la vida que derrama mi miembro.
“Yo soy Lucifer, Yo la luz que proclama libertad y Sexo. ¡Mírame1 ¡Mírame de una jodida vez! ¡Es tu oportunidad! ¡La oportunidad de ver mis alas negras cubrir tu cuerpo mientras mi miembro devora tus entrañas! ¡Ves mis colmillos! ¡Los ves! ¡Estos son los que perforan tu cuello bebiendo tu sangre y luego te besan recorriendo cada célula de tu piel! Eres un maldito idiota, ¿¡Lo sabias!? ¡Déjate de historias y ven a mi cama!”
Soy un príncipe, no un fracaso, soy un enfermo sádico que se satisface con el sudor que emanas en el vals del amor. Olvídate de cualquier muro, de cualquier barrera y sucumbe al movimiento de mis piernas. Gime, grita, solloza y jadea como un maldito poseso porque es lo único que puedes hacer. No tienes escapatoria, no. Este bohemio, este pasional escritor, araña tu piel con sus uñas de vampiro milenario y recrea para ti, en su mirada enloquecida, bellos poemas de amor. Te pondré cadenas si es necesario para que no huyas, siempre huyes como un maldito cobarde y esta vez no podrás. Caerás rendido ante el sabor de mi entrepierna, percibirás mi daga adentrarse en tus labios y te excitarás anhelando que no acabe jamás. Las mentiras ya no te valdrán, como tu máscara y como todo lo que no confiesas…la verdad saldrá a la luz y tú quedarás destrozado en una lluvia blanca, mi esencia, entre las paredes de tu entrada.
Probaré contigo los juegos más eróticos, los más libinidosos y extraños. Sé que estoy lejos pero tengo el don de aparecer a tu lado, susurrar en tu nuca dejando que todo fluya y saber que ahora mismo te estas masturbando. Mis palabras tienen el don de la precisión, de la comunión de almas y de la seducción más erótica e imposible. Mi retórica, mi diálogo imposible, es sin duda un motivo para el cual desearme. ¡Confiesa que soy hermoso, que mi belleza no tiene límites y que mis labios son tan carnosos que deseas probarlos o notarlos! Represento ante ti la perfección, aunque sea un monstruo, y la satisfacción de cada movimiento de tus dedos. Soy intuitivo, sonrío cuando murmuras cosas que ya conocía y oculto todo lo que puedo saber de ti. Crees que me ocultas, que me logras engañar, y sin embargo caes en mi red. Hoy, mañana y siempre serás un esclavo de mis delirios. En mi mente has sido tantas veces mío que dudo que puedas arrancarme esos instantes. Me fascinas, me tienes cautivado, sin embargo tú también lo estas. Te asecho en cada movimiento que no veo, si bien los siento, y sé que estas torturado por mis preguntas sin respuesta. Quieres pedir que te destroce, que camine sobre ti y te de todo.
“Decide pequeño, decide…¡O me dejas hacerte mío o será una violación en toda regla! No puedo más ¡No puedo! Quiero sentirte y ver como mueves tus caderas, como susurras que necesitas más y más, que no me vaya de tu lado. ¡Maldita sea! ¡Por qué mientes! ¡Se nota en cada palabra, en cada rasgo de tus confesiones, que eres Homosexual!... sin embargo tendré que ser yo quien te ate y lo expreses en un gruñido brutal mientras me salpicas con tu esencia.”
-Dime… ¿has viajado alguna vez a los infiernos?-
Silencio…
-Yo provengo de allí.-
Silencio…
-Llevo el sabor del azufre en mis besos.-
Silencio…
-¿Quieres probarlo?-
Silencio…
-El que calla otorga y tú me has dado las llaves que abren tus piernas.-
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