Deja caer tu aliento sobre mi piel mientras escuchas mis suspiros, palabras de amor eterno en un cuerpo que muere con el paso del tiempo. Estoy enfermo por un virus que contiene tus labios y que se propaga con una punzada eléctrica llamada deseo.
Dame tu cuerpo para sobrevivir
Deja que te ate a la cama cubierta con pétalos de rosas
Que te condene a mi desenfreno mancillándote
Morderé tu piel, lameré tu figura y me adentraré entre tus piernas
Volará mi mente y mi imaginación se convertirá en un suplicio…
pues haré que todo lo imaginado sea real
morderé, lameré y besaré
seduciré, acariciaré y te mostraré
todo lo que jamás imaginaste
hecho carne, sudor, ropas revueltas y pecado
no importa si quieres huir, yo te encontraré y haré que ardas en mi infierno
el averno de los bohemios, los desdichados y los enigmáticos
esos que olvidan las penas tomando las riendas del sexo
un sexo salvaje lleno de amor y de plegarias, un sexo sin compasión porque yo jamás ceso en mi empeño, te agotaré y seguiré el ritmo hasta que caigas en medio de la muerte más dulce…la muerte que trae Morfeo en forma de sueños…muerte de tus sentidos y aún con tu corazón latiendo, tu pecho moviéndose como un fuelle roto y tus ojos parpadeando mientras muerdes tus labios…
la eternidad entera sería para mí y para ti, una eternidad compuesta de un gemido grave con un movimiento rítmico.
Mi esencia, la tuya y el sudor bañando cada rincón de nuestras almas.
Sé para mí el motivo para vivir, el impulso para poder sentir que conquistaré tu corazón cada día…librando una batalla con la melancolía, la livinidosidad y la fe en tus caricias.
Por ello desnúdate ante mí, te lo ruego, yo lo haré junto a ti mostrando mis heridas de guerra…esas que cicatrizan gracias a ti.
Amo tu mirada
Amo todo lo que me regalas
Y sin embargo me gustaría dañarlo en medio de la danza ancestral
Que es el sexo
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